Santidad en medio de la Guerra, San Maximiliano Kolbe.
“Se vive una sola vez. Es necesario ser santos”.
Un caminante en la fe, obediente a la Santa Iglesia y en espera de la conquista del Santo Cielo
“Se vive una sola vez. Es necesario ser santos”.
Sabemos también que esta hermosa virtud fue la que sostuvo a los mártires en sus atroces tormentos, a los solitarios en los rigores de sus penitencias, y a los santos enfermos en sus dolencias.
El milagro de la vara florecida Boda Maravillosa Salida de los esposos hacia Nazaret
Triduo para prepararnos espiritualmente para celebrar la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María.
Aún hoy en día, Filomena intercede por muchas almas y numerosos fieles peregrinan para rezar ante sus restos. Es considerada la protectora de los afligidos y de las jóvenes parejas, y muchas veces ha donado la alegría de la maternidad a madres estériles.
Se trata de una linda joven llamada Clara de 18 años de edad que pertenecía a la familia del opulento conde de Sasso Rosso, ella decidió abandonar su casa y dirigirse a la fraternidad que estaba dirigida por San Francisco de Asís, lugar donde Clara toma sus hábitos y se compromete en cuerpo y alma a el servicio de Dios.
Entonces Lorenzo viendo que el peligro llegaba, recogió todos los dineros y demás bienes que la Iglesia tenía en Roma y los repartió entre los pobres.
Examina el cuadro de la derecha. Atemorizado por la visión de dos ángeles que le muestran los instrumentos de la Pasión, el Niño Jesús ha corrido hacia su Madre, perdiendo […]
Hay, a mi parecer, siete clases de falsos devotos y falsas devociones a la Santísima Virgen
Tratándose de nuestro Dios, el confiar en Él es creerle cuando se refiere a sus promesas y esperar en su fidelidad, y por lo tanto, estar absolutamente seguros de que Él, tarde o temprano, y tal vez de la manera en que menos esperemos, las cumplirá.
Transfigúrame,
Señor, transfigúrame.
Era el 5 de agosto de 358, cuando, según la tradición, la Virgen María se le apareció en un sueño al Papa Liberio y al patricio Juan, pidiéndoles que construyeran una iglesia en el lugar que él hubiera indicado.
San José había cumplido ya los treinta años, y había conservado inmaculado su candor virginal e inocencia, enriquecido de grandes méritos y adornado de todas las virtudes; y habiendo llegado el tiempo en el cual Dios había decretado darle como esposa suya y fiel compañera a la dulcísima Virgen María…
Quiero que mi amor sea el sol que ilumine y el calor que caliente a todas las almas.
Quiero que el mundo entero me conozca como Dios de amor, de perdón y de misericordia.