Santa Mónica, el poder de la Oración Intercesora
“Esté tranquila, es imposible que se pierda el Hijo de tantas lágrimas”.
Un caminante en la fe, obediente a la Santa Iglesia y en espera de la conquista del Santo Cielo
“Esté tranquila, es imposible que se pierda el Hijo de tantas lágrimas”.
“Yo, Jan Casmir, Rey de Polonia, os tomo a Vos como Reina y Patrona de mi reino; coloco a mi pueblo y a mi ejército bajo vuestra protección…”
Y todos estos privilegios corresponden a la perfección de este admirable Santo y a sus virtudes tan grandiosas, porque la Divina Misericordia se inclinó a ellas y le miró con mucho agrado, para conceder admirables misericordias para José y para los que acuden a su intercesión”.
Cuando misericordia y fidelidad se encuentran, justicia y paz se besan.
«Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño». Y se convirtió en uno de los Doce que siguieron a Cristo de cerca.
El amor es duro, pero es nuestra esencia. Eso es lo que nos eleva por encima del resto de las otras criaturas.
“Da, Señor, tu juicio al rey y tu misericordia a la madre de él”.
Una devoción verdadera a la Santísima Virgen no puede ser una devoción replegada sobre sí misma: pasiva, inerte, sin ningún efecto en la vida del prójimo. Amar es actuar.
Señor Jesús, humildemente postrados ante tu presencia, deseamos rendirte el homenaje de alabanza y amor que Te mereces. Queremos reparar los pecados y blasfemias de nuestra generación contra ti, Hijo de Dios, y contra el hombre, hijo de Dios por participación de tu vida.
NO ERES MÁS SANTO PORQUE NO ERES MAS DEVOTO DE MARÍA.
(San Bernardo)
Sólo cuando reconocemos nuestra propia pobreza, sólo así nos podemos abrir al arrepentimiento y a recibir la misericordia que también tenemos que compartir.
Él, el jefe de la Sagrada Familia en la tierra, desde su lugar en el cielo, sigue ejerciendo una paternidad espiritual en la Iglesia
Bendito para siempre sea tu Nombre, Señor, que quisiste que venga sobre mí esta tentación y aflicción. No puedo huir de ella sino que tengo necesidad de refugiarme en Ti para que me ayudes y la conviertas en bien para mí.
La montaña de Torcoma era por entonces una zona agraria y de gente sencilla. En las laderas de la majestuosa obra natural, la familia de los Melo Rodríguez tenían su parcela. Don Cristóbal y doña Pascuala gozaban de la compañía de sus dos hijos, José y Felipe.
¿PORQUE TANTA ALEGRÍA?
¡POR LA ASUNCIÓN DE MARÍA!