Muy de mañana, cuando todavía está oscuro, las mujeres que seguían a Jesús, cruzan apresuradas las calles de Jerusalén. Han comprado perfumes y se preguntan quién les ayudará a remover la gran piedra que cierra el sepulcro .Al llegar dos ángeles les dicen: “No os asustéis. Buscáis a Jesús Nazareno, el crucificado. Ha resucitado, no está aquí”.
san Juan (20,11-18):
Hoy la Iglesia entera mira hacia María, presente junto a la Cruz, a los pies del divino condenado, y después muerto en sus brazos, desde donde lo toman para devolverlo a la tierra, cerrando el sepulcro con una losa…!Y he aquí, que quitada la piedra ahora está la tumba vacía…!
† Guillermo Vera Soto
Obispo de Calama
! Alégrate María porque Cristo a quien tú llevaste, ha resucitado!! Y con Él , todo nosotros, hijos tuyos.

“¡Reina del cielo, alégrate, aleluya!”.
JUAN PABLO II, Santuario de San Juan de Lagos
Con esta expresión de gozo la Iglesia se dirige a la Virgen María durante todo el período pascual
en el que celebramos la presencia del Señor resucitado y la efusión del Espíritu Santo en
Pentecostés.
¡Alégrate! Lo repetimos a la Virgen Madre, con el eco mismo de las palabras del arcángel Gabriel
en la Anunciación, cuando la Virgen de Nazaret recibió el mensaje de haber sido elegido para ser la Madre del Redentor.
Martes 8 de mayo de 1990
Regina Coeli
Reina del cielo alégrate; aleluya. Porque el Señor a quien has merecido llevar; aleluya. Ha resucitado según su palabra; aleluya. Ruega al Señor por nosotros; aleluya. Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya. Porque verdaderamente ha resucitado el Señor; aleluya. Oremos Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, has llenado el mundo de alegría, concédenos, por intercesión de su Madre, la Virgen María, llegar a alcanzar los gozos eterno. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén
¡Alégrate, María: Jesús ha resucitado. Aleluya!
por Javier Leoz

Alégrate, centinela romano, perplejo por el acontecimiento
Alégrate, María Magdalena, y anuncia lo que ha ocurrido ¡Ha resucitado!
Alégrate, puerta del sepulcro abierto, porque ahora está vacío
¡Alegraos Pedro y Juan, porque ya veis, todo ha sido como dijo el Maestro!
¡Alegraos Santas Mujeres, porque nunca podréis anunciar tan gran noticia como ésta!
¡Alégrate, María Magdalena, fuiste valiente para besar los pies de Jesús agonizante
y la primera, no podía ser menos, en descubrir el sepulcro huérfano!
Alégrate Iglesia, porque hoy es tu día
Ahora empieza la hora de tu verdad, la verdad de tu hora: ¡HA RESUCITADO!
Alegrémonos todos, hermanos, porque si el sepulcro ha quedado roto
¿Cómo no va quedar el nuestro dinamitado?
¡Alegraos todos los que tenéis el corazón sobrecogido por la tristeza!
Hoy es el día de vuestra liberación
¡Alegraos los que no veíais más horizonte que la muerte!
El Señor os dice que, creyendo, tendréis una ciudad eterna y fuerte
¡Alegraos los perseguidos, los ajusticiados, los maltratados!
Jesús, al subir del sepulcro, os trae un cielo grande para todos
¡Alégrate, María!
Si sonreíste en la Anunciación…
Hoy debe de ser inmensa tu alegría
Si tu rostro se iluminó con un Jesús pequeño…
Hoy tienes que alegrarte por un Jesús triunfante
Si sufriste por tantas incomprensiones…
El sepulcro vacío te devuelve con creces regocijo a raudales
Si no comprendiste ciertas horas y ciertas acciones de Jesús
La vida sobre la muerte te llena de satisfacción de honra

¡Alégrate María!
Pensabas que Jesús estaba perdido para siempre
Y, ahora el Padre, nos lo devuelve por toda la eternidad
Lloraste al pie de la cruz, y hoy ya no son necesarias
lágrimas, sudarios ni flores para Aquel que la muerte humilló
¡Alégrate María!
Y sonríe y canta, danza y reza
Y da gloria y alabanza al Señor.
Si gozaste con Jesús en Belén,
hoy, de nuevo, Dios lo hace renacer
Si lo tuviste entre tus manos al pie de la cruz
no tardarás mucho en abrazarlo transformado…glorificado, resucitado.

¡Alégrate, María!
Entona con nosotros el Aleluya de la Pascua
El Aleluya de la Salvación del mundo
El Aleluya que es la llave de la puerta del mañana
El Aleluya que es la expresión de que todo ha ido como Dios quería
¡Alégrate, María!

Poema del Hombre Dios. María Valtorta.
María ahora está postrada rostro en tierra. Parece un pobre ser abatido. Parece esa flor de que ha hablado, esa flor muerta a causa de la sed. La ventana cerrada se abre con un impetuoso golpeo de las recias hojas, y, bajo el primer rayo del Sol, entra Jesús.
María, que se ha estremecido con el ruido y que alza la cabeza para ver qué ráfaga de viento ha abierto la ventana, ve a su radiante Hijo: hermoso, infinitamente más hermoso que cuando todavía no había padecido; sonriente, vivo, más luminoso que el Sol, vestido con un blanco que parece luz tejida. Y lo ve avanzar hacia Ella.
María se endereza sobre sus rodillas y, uniendo las manos sobre el pecho, dice con un sollozo que es risa y llanto: «Señor , mi Dios». Y se queda arrobada, contemplándolo con su rostro lavado todo en lágrimas, pero sereno ahora, sosegado por la sonrisa y el éxtasis.
Pero Él no quiere ver a su Madre de rodillas como una sierva. Y la llama tendiéndole las Manos, cuyas heridas emanan rayos que hacen aún más luminosa su Carne gloriosa: « ¡Mamá!». Y no es esa palabra afligida de los coloquios y despedidas anteriores a la Pasión, ni el lamento desgarrado del encuentro en el Calvario y de la agonía. Es un grito de triunfo, de alegría, de liberación, de fiesta, de amor, de gratitud. Y se inclina hacia su Madre, que no osa tocarlo, y le pone sus Manos bajo los codos doblados, la pone en pie, la aprieta contra su Corazón y la besa.
¡Oh, entonces María comprende que no es una visión, sino que es su Hijo realmente resucitado; que es su Jesús, el Hijo que sigue amándola como Hijo! Y, con un grito, se le arroja al cuello y lo abraza y lo besa, riendo y llorando.
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muy lindo
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