
La Virgen María Que significa el nombre de María?
María en el idioma popular significaba: “La Iluminadora” (San Jerónimo). En el idioma arameo María significaba: “Señora” o “Princesa”. El significado científico de “María” en el idioma hebreo es: “Hermosa” (Banderhewer), pero en el idioma egipcio, que fue primero donde se uso este nombre (Éxodo 15,20) “María” significa: “La preferida de Yahvé Dios”. Mar o Mir, en egipcio significaba la más preferida de las hijas. Y “Ya” o “Yam”, significaba: El Dios verdadero: Yahvé. Así que MAR-IA, o MIRYAN en egipcio significaría: “La preferida de Dios”.
Cuándo nombra por primera vez la Biblia a la Virgen María?
Los santos Padres dicen que la primera vez que la Biblia nombra a la Virgen María es en el libro del Génesis 3,15, cuando dijo a la serpiente o Satanás: “Pondré enemistad entre ti y la mujer; y el hijo de ella te aplastará la cabeza”. Con esas palabras Dios anunció que nacería una mujer cuyo hijo iba a vencer totalmente al demonio. Esa mujer es la Virgen María y su Hijo Jesucristo que venció para siempre a Satanás en la cruz.( Lc. 6).
Imágenes del Antiguo Testamento que fueron figuras de la Virgen María?
Eva: La madre corporal de todos los vivientes. María: la Madre espiritual de todos los redimidos.
El Arca: Salvó a Noé y todos los que iban a poblar de nuevo la tierra, en tiempo del diluvio. María: Nos salva a los que vamos a poblar el cielo.
Sara: Madre de Isaac, el hijo de las promesas, que Abraham iba a ofrecer en sacrificio. María: Madre de Jesucristo: sacrificado en el monte por nosotros, y por el cual hemos recibido las promesas de salvación.
Debora, Esther, Judit: tres mujeres muy famosas que salvaron al pueblo de Israel cuando los enemigos iban a destruirlo. María: la que salva siempre a los cristianos cuando los enemigos del alma, o las calamidades y fracasos amenazan con destruirlo todo.
Ana: Madre del profeta Samuel, y la madre de Sansón: dos mujeres que consagraron su hijo a Dios, y por medio de ese hijo trajeron la liberación para el pueblo de Israel. María: La Madre del más grande de todos los profetas, que consagró a su hijo al servicio de la gloria de Dios, hasta ofrecerlo en la cruz por la salvación de los pecadores.
La nube que guiaba a los israelitas por el desierto: mientras el pueblo de Dios peregrinaba por el desierto una Nube los acompañaba: durante todo el día los protegía contra los rayos del sol, y por la noche los guiaba con luminosidad para señalarles el camino (Éxodo 40,36; Números 9,15; Salmo 78,14). María nos libra de los rayos de la justicia Divina, rogando por nosotros y alejándonos del pecado (San Alfonso) y nos llena de luz y de iluminaciones en el camino de la vida, porque Ella trae a nuestra alma al Espíritu Santo, que es el más grande iluminador que existe (San Monfort).
Declaraciones del Concilio Vaticano II acerca de la Madre de Dios:
El concilio da a la Virgen María: 33 títulos. He aquí algunos de ellos:
1.- Es la Madre de Dios Redentor: Aquí está el más grande secreto de su inmenso valor para nosotros. La amamos por eso.
2.- Es la Hija Predilecta de Dios Padre: Si para Dios es la preferida, para nosotros debe serlo también. Por ser la hija que más quiere, Dios no le niega nada de lo que pide para nosotros.
3.- Es Sagrario del Espíritu Santo: Sagrario es un ser muy sagrado, donde se guarda algo para repartir a los demás. La Virgen tuvo nueve meses al Espíritu Santo en su alma formando al Hijo de Dios, y ahora reparte el Espíritu Santo a sus devotos. Las personas más devotas de María Santísima reciben más Espíritu Santo que los demás.
4.- Su gracia es tanta que supera a todas las demás criaturas: Nosotros cuyo oficio principal debe ser: vivir en gracia de Dios y tratar que otras personas vivan también en gracia, tenemos la gran esperanza de que María, por ser tan llena de gracia de Dios nos comunique esa gracia para nosotros y para nuestros amigos.
5.- Es la Madre de los Discípulos de Jesús: Desde el día que en el calvario Jesús le dijo a Juan, que nos representaba a nosotros “He ahí tu madre”, ella nos acepta a todos por hijos suyos y nos cuida con un amor mucho más grande que el de las madres de la tierra.
6.- Desde el primer instante fue enriquecida con una santidad especial: “la voluntad de Dios es que cada uno de nosotros seamos santos”. Para obtener la santidad ningún medio mejor que llamar en nuestra ayuda a la que tiene desde el principio toda la santidad que puede tener una criatura. Por eso el ángel le dijo: “Tú eres la más bendecida de todas las mujeres. Tú hallaste gracia delante de Dios”. (Lc 1).
7.- Ella es el modelo de todas las virtudes, especialmente Fe, Caridad y Obediencia.
Fe: “Dichosa tu porque has creído” le dice el Evangelio. Creía sin ver, sin entender. A un hijo que lloraba como un niño, que sentía hambre, que necesitaba de su ayuda, tenía que creer que era Dios.
Caridad: “Fue corriendo a ayudar a Isabel”, por que Ella siempre va de prisa cuando se trata de ayudar a los demás.
Obediencia: Aún en casos muy difíciles: tener que huir a Egipto por capricho del tirano Herodes. Tener que aceptar que el cobarde de Pilatos mande matar a su hijo, etc..ect…
8.- Es señal de esperanza y consuelo:
De Esperanza, porque el triunfo que Ella consiguió ya en el cielo, lo vamos a conseguir también nosotros.
De Consuelo: porque Ella al sufrir aprendió a comprendernos a los que sufrimos, y escucha nuestras súplicas.
9.- Es modelo de afecto maternal hacia los discípulos de su Hijo: Ella hizo de Madre afectuosa y santa para los apóstoles, y ese mismo afecto sigue prodigando ahora a todos los que se dedican a extender la religión de Cristo.
10.- Llevada al cielo, no dejo su oficio salvador: continuando obteniendo beneficios de salvación y cuida con amor maternal de los hermanos de su Hijo, que peregrinan por la tierra. (Dos cosas: nos trae salvación: no sólo salud, dinero, etc., sino sobre todo salvación. 2do. Nos cuida porque somos hermanos de Jesús).
11.- Lo que se hace en su honor, hace que su hijo sea mas conocido, Dios más glorificado y los Mandamientos más cumplidos: (Tres ganancias se obtienen al honrar a la Virgen: 1)Hacer que la gente conozca más a Jesucristo. 2) Dar más gloria al Padre Dios. 3) Facilitar más el cumplimiento de los mandamientos).
12.- Tiene cuatro grandes oficios o Títulos: Mediadora, Abogada, Socorro, Auxiliadora.
Abogada: la que intercede por los que están en peligro de ser condenados.
Mediadora: La que pide a favor de los que no se atreven o no se creen dignos de pedir un favor directamente al Gran Rey.
Socorro: quien llega a favorecer al que no se es capaz de ayudarse a si mismo porque esta en situación muy difícil.
Auxiliadora: La persona que lleva una ayuda especialísima a quien está padeciendo necesidad espiritual o material.
13.- María es nuestra Madre en el orden de la gracia: para el cuerpo tuvimos una madre, nuestra mamá. Para la santidad y para poder ser hijos de Dios, el Señor nos dio a su propia Madre, como madre nuestra.“La Madre de Dios es también mi Madre”, decían con alegría los santos.
14.- Entre todos los santos debemos venerarla en primer lugar: (Así que el concilio aprueba la devoción a Santísima Virgen. Los católicos no estamos equivocados al tener una gran devoción a la Madre de Dios).
15.- Debemos imitar sus virtudes:
Su Fe: viendo la voluntad de Dios en lo que sucede. Viendo a Dios en los demás.
Su caridad: que intercede por los esposos en Caná, que la lleva a hacer de sirvienta de Isabel, etc. Ella nos repite con su Hijo Jesús: “El que quiera ser el principal, que se haga servidor de los demás”. (Mt 23,11).
Su meditación: “María meditaba en su corazón lo que veía y oía”. (Lc 2,51).
16.- Consérvese la doctrina de la Iglesia Católica acerca de las imágenes: Así que el concilio acepta que tengamos algunas imágenes, cuadros, medallas y estampas de Nuestra Señora. Porque la imagen de la persona amada aumenta el amor. Al ver nuestros ojos el retrato de la Madre Celestial nos sentimos más inclinados a invocarla, a confiar en Ella y a darle gracias.
17.- Encomienden todos a Ella su vida y su apostolado: Cada día, con pequeñas oraciones. Cada noche con sus tres avemarías. En sus fiestas con su comunión y misa. En los momentos difíciles llamándola en su auxilio. Y sabiendo que ella es refugio de los pecadores: encomendarle aquellas almas que deseamos salvar con nuestro apostolado.
18.- Hónrenla todos devotísimamente: Devotísimamente. Un superlativo en el Concilio Vaticano II es algo raro. Y al hablar de nuestra Señora dice que hay que honrarla “devotísimamente”. O sea no de un modo ordinario, sino con muy especiales fiestas, haciendo gran propaganda a su devoción, recomendando a los enfermos y necesitados que la imploren, adornando sus imágenes y cuadros, haciendo peregrinaciones a sus santuarios, repartiendo estampas suyas, novenas, etc.,etc.
“El que honra a la Madre es como el que atesora” Y María es nuestra Madre.
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