Creo Señor que puedes sanarme, pero me tiembla el pulso mientras espero tu sanación. La tentación de dudar tambalea mi ser y acrecientas mis dudas, pero, a pesar de no ser digno de que vengas a mí, quiero seguir creyendo que lo haces y me salvas.
Aumenta mi fe, Señor, y fortalece nuestro espíritu. Lléname de esperanza de salvación, pues solo en Ti puedo encontrar el Médico que sana eternamente a todas las almas. Dame perseverancia, constancia y confianza en permanecer en tu presencia esforzándome en vivir para servir y no para servirme o ser servido.
Confío en tu Gracia Señor y permanezco esperándote a pesar de mis indecisiones, debilidades o fracasos. Sé que solo en Ti puedo encontrar la curación que busco, la del cuerpo y la del alma, y en tus Manos me pongo.
También, de la mano de tu Iglesia, camino junto a ella, porque en ella encuentro la fuerza de intercesión que me da el vivir amándonos como Tú me has enseñado.
Aumenta mi fe para que fortalecido en ella pueda demandar tu salvación seguro de que Tú puedes salvarme, Señor.
Que pueda, Señor, orar así:
Creo, aunque todos me griten que no, porque he basado mi fe en mi Dios inmutable, en mi Dios que no cambia, en mi Dios que es amor.
Creo, aunque todo parezca morir.
Creo, aunque yo no quisiera vivir, porque he fundado mi vida en palabras sinceras, en palabras de amigo, en palabras de Dios.
Creo, aunque todo subleve mi ser.
Creo, aunque sienta muy solo el dolor, porque un cristiano que tiene al Señor por amigo, no vacila en la duda, se mantiene en la fe.
Creo, aunque veo a los hombres matar.
Creo, aunque veo a los niños llorar, porque aprendí con certeza que Él sale al encuentro en las horas más duras, con su amor y su luz.
El amor es querer el bien para alguien. La misericordia es la capacidad de sentir compasión por los que sufren y brindarles apoyo. La palabra misericordia proviene del latín “misere” que significa “miseria, necesidad”; cor, cordis que indica “corazón” y “ia” que expresa “hacia los demás”
El Triunfo del Inmaculado Corazón de María está señalado especialmente por la efusión del Espíritu Santo, para hacer amar a Jesús Sacramentado, trayendo una Era de Paz, que depurará el sacerdocio de las impurezas que lo han deshonrado y lo restaurará con el brillo de la santidad de Jesucristo, sumo y eterno Sacerdote.
AMÉN! AMÉN! AMÉN! 🙏🙏🙏 Con CRISTO Y MARÍA!!! Soy más que vencedora.
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