Oremos…
Mi buen Jesús, yo creo que Tú eres el Señor de la vida.
Yo creo que Tú has venido a salvarme porque me amas hasta el extremo.
Te pido que me ayudes a escuchar tu Palabra, a amarte más y a seguirte como lo hicieron los santos apóstoles.
San Pedro y San Pablo intercedan ante el Señor para que en este día solemne nuestra fe reviva, siguiendo el ejemplo que nos dieron de seguir a Cristo dándolo todo por su amor. Tu Pedro, que con la palabra y con la sangre, confesaste: «Jesús tu eres el Hijo de Dios vivo». Y tu Pablo conquistado por el verdadero amor exclamaste: Para mí la vida es Cristo!.
Todo esto nos da la fuerza para ser más fieles a El.
Pedro arrepentido, Pedro el preferido del Señor, Pedro el entusiasta por Cristo Jesús, pídele al Señor nos conceda un amor hacia el Salvador, tan fuerte y tan generoso como el amor que por Cristo Jesús ardió en tu gran corazón.
Pablo, fervoroso Apóstol, un favor te pedimos al recordar tu fiesta de cada año: suplícale a Dios que te imitemos en tu inmenso amor a Jesucristo y en tu deseo impresionante de salvar almas.
«Me desgasto y me desgastaré por el bien de las almas y por el Reino de Cristo Jesús».
Por Jesucristo nuestro Señor que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.